"Quiero en el Club de la lucha a los más fuertes y listos de la zona. Veo mucho potencial pero está desperdiciado. Toda una generación trabajando en gasolineras, sirviendo mesas o siendo esclavos oficinistas. La publicidad nos hace desear coches y ropas. Tenemos empleos que odiamos para tener cosas que no necesitamos. Somos los malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual. Nuestra depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock. Pero no lo seremos, y poco a poco, lo entendemos y eso hace que estemos muy cabreados."
No sabemos cómo posicionarmos, pero sabemos a qué se refiere.
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