sábado, 11 de diciembre de 2010

El paraíso en la otra esquina.

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"Sólo un idiota puede ser totalmente feliz."
Mario Vargas Llosa.









Cuando regresaban al albergue por las callecitas curvas y adoquinadas de Auxerre, vio en una pequeña plaza con cuatro álamos de hojas blanquísimas recién brotadas, a un grupo de niñas que jugaban, formando unas figuras que sus carreras hacían y deshacían. Se detuvo a observarlas. Jugaban al Paraíso, ese juego que, según tu madre, habías jugado en los jardines de Vaugirard con amiguitas de la vecindad, bajo la mirada risueña de don Mariano. ¿Te acuerdas Florita?: <<¿Es aquí el Paraíso? No, señorita, en la otra esquina>> Y, mientras la niña, de esquina a esquina, preguntando por el esquivo Paraíso, las demás se divertían cambiando a sus espaldas de lugar. Recordó la impresión de aquel día en Arequipa, el año 1833, cerca de la iglesia de la Merced, cuando, de pronto, se encontró con un grupo de niños y niñas que correteaban en el zaguán de una casa profunda. <<¿Es aquí el Paraíso? En la otra esquina, señor.>> Ese juego que creías francés resultó también peruano. Bueno, qué tenía de raro, ¿no era una aspiración universal llegar al Paraíso? Ella se lo había enseñado a jugar a sus dos hijos, Aline y Ernest-Camille.

Mario Vargas Llosa.
El Paraíso en la otra esquina




Ayer recibía Mario Vargas Llosa en Estocolmo el Premio Nobel de Literatura. El paraíso en la otra esquina, cuenta la historia de dos vidas, la de Flora Trístan y la de Paul Gauguin, abuela y nieto; dos personas en busca de "su paraíso". Paul Gauguin deja su vida gris de finanzas en Francia y se va con sus pinceles a la otra esquina del planeta. Flora Tristán, fue una activista que a inicios del XIX luchaba por mejorar las condiciones de las clases trabajadoras, propugnando la libertad, la integridad, la igualdad; una lucha obrera que parecía utópica, como el propio paraíso. Al ver a Mario Vargas Llosa el otro día pronunciando un discurso tan emotivo que hizo llorar a muchos, e incluso a él mismo, es probable, que se sintiera un rato en el Paraíso.






"La literatura nace del paso entre lo que el hombre es y lo que quisiera ser."

"Se escribe para llenar vacíos, para tomarse desquites contra la realidad, contra las circunstancias."

"La pasión por la literatura, como todos los buenos vicios, se acrecienta con los años, y con el tiempo se descubre que lo importante no son los libros que se escriben, sino el hecho de escribirlos, el tránsito hacia el libro."

Mario Vargas Llosa.

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