Después de un día de boda donde todos los informativos hablaban de la boda real en Reino Unido me he acordado de un verso de la una canción de Joaquín Sabina, en Pongamos que hablo de Madrid.
Las niñas ya no quieren ser princesas,
y a los niños les da por perseguir
el mar dentro de un vaso de ginebra,
¿Será verdad? Entonces, por qué nos fascina tanto... formas de huir de nuestra realidad cotidiana tal vez.
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