jueves, 27 de agosto de 2009

Soñar la vida, vivir los sueños.

He vuelto a ver "Little Miss Sunshine" (2006). Una gran película.





Una peculiar familia. Cada miembro de la familia tiene su propia excentricidad. El abuelo aficionado al porno y a las drogas, con un look rockero y aptitud de estar de vuelta de todo. El padre de familia con un particular conflicto interior, ya que mientras se dedica a dar clases sobre "cómo obtener éxito", paradógicamente se frustran sus intentos por ver publicada su novela. El tío en fase de recuperación tras tratar de suicidarse por un fracaso amoroso. El chico adolescente enfadado con el mundo y que se siente incomprendido. La madre empeñada en unir y conciliar a todos los miembros de la familia, mientras los demás se empeñan en vivir en constante conflicto. Y en medio de todo esto, la pequeña de la casa, una niña que tiene un sueño, participar en un concurso infantil de belleza ...







Mi escena favorita: el día que por fin Dwayne, el hijo adolescente, enfadado con el mundo, que lee a Nietsche y se siente un extraterrestre dentro de su familia, decide romper el voto de silencio que se había autoimpuesto. La conversación la tiene con su tío, quien a su vez está afrontando una depresión con intento de suicidio frustrado.




En esa conversación sale a relucir el escritor francés Marcel Proust y su " À la recherche du temps perdu"( "En busca del tiempo perdido"), novela concebida en siete entregas, enormemente compleja y extensa, y que se considera una especie de estudio analítico de la vida y del mundo en el que vivía el autor, todo contemplado con gran minuciosidad. No lo he leído y por ello me he acordado que una vez escuché decir a un profesor de literatura algo parecido a lo que dice el protagonista de la película. Es uno de esos libros que muy pocos han leído, sin embargo, se ha traducido a muchos idiomas, y es considerada una de las grandes obras de la Literatura. Su genialidad está precisamente en la técnica narrativa, que unos encuentran genial, y otros imposible de abordar, por su meticulosidad y su profundidad.

Frase atribuida a Marcel Proust:

" Vale más soñar la propia vida que vivirla, aunque vivirla es también soñarla"



No hay comentarios: