viernes, 3 de abril de 2009

Un cuerdo entre locos es un loco entre cuerdos

¿No podría ser al revés...? ¡¡Uff¡¡ Esa leve línea que separa la cordura y la locura... Y hay tantas clases de locura... Y tantas opciones para la siempre supuesta cordura...

"Puedo estar borracho
pero no me he perdido,
lo que pasa es que me gusta pasear
pasito a pasito,
buscando el equilibrio
y dejándome llevar.

Sólo estoy jugando
a que me invento un camino
primero a saltitos,
luego en espiral.

No me mire así,
me está clavando un cuchillo
¿o es que no sabe jugar?

Yo seguiré mirando al cielo,
tú nunca quisiste volar,
y sólo buscas alimento
como un animal.

Puedo ser pequeño
pero tengo un castillo
si te lo imaginas
ya puedes entrar.

A cantar de noche
me enseñaron los grillos
y sé alguna cosa más.

Yo seguiré mirando al cielo,
tú nunca quisiste volar,
y sólo buscas alimento
como un animal."


"Mirando al cielo". Fito & Fitipaldis



"Todos los sueños son locos porque sino no merece la pena soñarlos. ¿Ganarte la vida tocando una guitarra no es de locos?". La inquietante confesión salió de los labios de un nervioso pero sereno Fito Cabrales 24 horas antes de su concierto bajo la luna de una noche de agosto en la Aste Nagusia (Semana Grande) bilbaína. Cerca de 100.000 personas de las más diversas edades y pelajes, llegadas del norte y del sur, del este y del oeste, respondieron al reto de participar como lustrosos figurantes en una convocatoria sonora que pasará a la historia como una de las más multitudinarias jamás celebrada por estos lares. Sinceridad, posiblemente, una de las claves del creciente éxito de un músico curtido en el sudoroso cuerpo a cuerpo de los caminos que, además, ha sabido reunir un eficiente equipo de trabajo en torno a los Fitipaldis (no sólo los cuatro eficientes virtuosos escuderos escénicos) que creen a pies juntillas en sus canciones. Sin dramatismo pero con una lealtad más cercana a la amistad que al puro y duro mercantilismo que maneja nuestros destinos. Porque Fito sabe de primera mano que "esto es una puta lotería" y las cifras grandilocuentes de refrendo popular no siempre son un sinónimo fiable de supervivencia. Así nació Platero y Tú, y después Fito y los Fitipaldis en 1998.
( Extraída de la crítica publicada a propósito de uno de sus multitudinarios conciertos)

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