sábado, 18 de abril de 2009

Volare nel cielo infinito...




Escapada vacacional... volando... y como era Italia, en mis sienes sonaba "volare", pero no en la antigua versión de Dominico Modugno, tampoco en la más popular de los Gipsy Kings, se trata de una más reciente que escuché de dos de los cantantes italianos más internacionales de hoy, Eros Ramazzotti y Laura Pausini.





Traducción:

Pienso que un sueño parecido no volverá más
Y me pintaba las manos y la cara de azul
Y de improviso el viento rápido me llevó
Y me hizo volar en el cielo infinito

Volare, oh oh
Cantare, oh oh oh oh
Nel blu dipinto di blu
Felice di stare lassu

Y volando, volando feliz
yo me encuentro más alto
más alto que el sol.
Y mientras que el mundo
se aleja despacio de mí
una musica dulce
se ha tocada solo para mí...etc


Y después han sido tres días en otro mundo...


En el que perderse entre calles angostas que no sabes dónde te llevarán, porque más tarde o temprano, serán interrumpidas por un canal ( o"río"), que se atraviesan siempre gracias a sus numerosos "pontes", y que rara vez dibujan líneas rectas o forman cuadrículas.
En el que distraerse con el curioso ajetreo de barcas y góndolas del Gran Canal que contrasta con el tranquilo discurrir de las otras góndolas de los canales menores. En el que descubrir plazas que se llaman "campos", donde de pronto, una gran explanada circundada de ancianos edificios e iglesias de altas torres y majestuosas portadas, que te dan amplitud, para acto seguido volver a las callejas estrechas de final imprevisible.
En el que aventurarse a cruzar por sus portales pasadizos o "soportegos" que te llevan de un escenario a otro, y desorientarte tanto que no te queda más remedio que elegir una flecha, la de "Per San Marco", la de "Per Rialto", la de " Per Ferrovia (o Piazzale Roma)", únicos puntos de referencia a seguir, que respectivamente te conducen al principio, al centro o al final de la "S" que forma el Gran Canal en su recorrido, con sus correspondientes únicos tres grandes puentes. En el que toparse con mil rincones que te hechizan.
En el que admirar puestas de sol arrebatadoras con su luz tamizada, todas bellas; las de la quietud de palacios antiguos llenos de historia que miran al Canal, y las de vista al eterno pero próximo mar Adriático atrapado en la "laguna" y retenido por todas las islas.
En el que continuamente descubrir que la laguna se escapa, convenientemente filtrada en sorpresivos nuevos canales que caprichosos te encierran en un misterioso laberinto que al final te liberará en la deslumbrante plaza de San Marcos, a merced de una bizantina Catedral dorada y un solemne Palacio Ducal donde se escribe la biografía de la ciudad...


Y de todas las horas, pero diferente en cada una, Venecia tiene, un color de "matina", un color de "notte", un color cada "giornata". Una ciudad para "volare , volare"...





Algunas de nuestras fotos: no es igual que verlo "in situ"... pero cuando las mire me recordarán buenos momentos.



Desembocadura del Gran Canal desde Puente de la Academia.




El Gran Canal desde Puente Rialto.



Isla de San Giorgio Maggiore desde lo alto del Campanille.


Un canal

Otro canal


Plaza de San Marcos: Catedral y Campanille.


Desde uno de los embarcaderos.

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