domingo, 21 de diciembre de 2008

El corazón tiene razones que la razón no entiende

Hay una frase de Blaise Pascal que dice "El corazón tiene razones que la razón no entiende". Esta frase se ha utilizado mucho en diferentes contextos. Yo recuerdo haberla visto recientemente en los medios de comunicación a propósito de un anuncio de coches y fue también, creo, el slogan empleado por el Atletico de Madrid en la temporada 2005-2006, en un anuncio que ganó además un premio en Cannes.

Pero más allá de todo esto, resulta que esta frase, va a tener cierta relevancia. Todo ello debido a que en los últimos tiempos, en el ámbito científico, se habla mucho de los descubrimientos de las llamadas neurociencias, que han permitido llegar a interesantes conclusiones. Resumiendo, las neurociencias engloban todas esas disciplinas científicas que se ocupan de estudiar el funcionamiento del cerebro. Se centran en tratar de descubrir la estructura, la función química y las patologías del sistema nervioso. Estudían cómo los diferentes elementos de dicho sistema nervioso interactúan y dan lugar a la conducta.

En 2002, Daniel Kahneman, ganó el premio nobel de Economía, además de economista, él es psicólogo, y precisamente el premio le fue concedido "por haber integrado aspectos de la investigación psicológica en la ciencia económica, especialmente en lo que respecta al juicio humano y la toma de decisiones bajo incertidumbre". La importancia de sus investigaciones se encuentra en que, gracias a ellas, se han podido explicar conductas o comportamientos no racionales. En el mundo occidental, habitualmente nos hemos guiado por el principio que Descartes resumió con su "Pienso, luego existo". Tratamos de controlar y organizar nuestras vidas, tomando decisiones lógicas y lo más óptimas posibles, como los perfectos seres racionales que supuestamente somos. Sin embargo, Kahneman ha demostrado que somos profundamente irracionales por múltiples motivos y que nos movemos por la vida impulsados por factores que no terminamos de controlar ni comprender.

Otros neurocientíficos han ahondado en el estudio de las funciones de las emociones en el cerebro y han descubierto que al parecer, primero sentimos y luego pensamos. Joseph Ledoux, psicólogo estadounidense, señala frente a esa idea de que la racionalidad era una herramienta al servicio de la emoción y de los estudios sobre el cerebro "emocional": "Nuestros cerebros (y mentes) aman las dicotomías, como razón y emoción, bueno y malo, conservador y liberal. Pero en realidad estas son siempre simplificaciones desmedidas. Uno de los grandes desafíos de hoy en la investigación del cerebro es entender cómo funciona el cerebro en su conjunto más que cómo funciona en sus pequeñas partes. Por consiguiente, tanto como saber cómo la racionalidad sirve a la emoción, o a la inversa, me interesaría saber cómo la racionalidad y la emoción interactúan para ayudarnos a afrontar los retos de la vida."








Tal vez, todo esto, os parece un poco tedioso, pero a mí me resulta interesante...¡El cerebro ese gran desconocido¡... Esto es porque me ha dado por leer a Eduardo Punset... Bueno, no preocuparse. Lo bueno de esta nebulosa es que todo tiene cabida. Siempre se puede volver mañana a otra frivolidad estilo concurso de la canción friki, para compensar... Los dualismos de la mente de los que habla Ledoux, profundidad y frivolidad... ¡ Qué sé yo¡.

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